• MARTINE SAVARD •

El artista y su obra

Nacida en Montreal, Martine Savard creció en Matagami, ciudad forestal aislada a 260 km al norte de Rouyn-Noranda, cuya cruda luz nórdica y la cultura popular original que se desarrolló en pleno territorio autóctono influyeron en su pintura. Obtuvo un grado/licenciatura por la Universidad de Laval y un master por la Universidad de Quebec en Montreal.

A partir de los años 90, forjó su propio vocabulario pictórico estudiando los modos de representación de las civilizaciones antiguas deshaciéndose de una vez por todas de la perspectiva. El espacio en las pinturas se convierte al igual que las paredes en las pinturas rupestres en la superficie pictórica; Las figuras simplificadas desprovistas de volúmenes conviven en una organización aleatoria sino enigmática. Como es el caso de la exposición Yoma rey-emperador de Babilonia.

Esta forma de tratar la superficie es apropiada para explorar inventarios, primero dentro de la misma pintura, luego en la serie. Matagami: Toponimia Algonquín del Abitibi-Témiscamingue (2009) tiene 200 cuadros de pequeño formato que exploran la inscripción del idioma Anishabe en el territorio, una lengua que se basa en la descripción. Por ejemplo, Abitibi que literalmente significa «donde se separan las aguas» se refiere a la cuenca que divide las aguas, unas fluyen hacia la Baie James en el norte, las otras hacia el río Saint-Laurent/San Lorenzo en el sur. Este censo coincide con el regreso de Martine Savard al Abitibi después de un exilio de quince años en los principales centros urbanos de Quebec y Montreal.

Para terminar de una vez por todas con los jodidos penachos, presentados en el MA en 2014 a dúo con Blanca Hadad, venezolana encontrada en la Bienal de La Habana, continúa esta búsqueda de registro a través del territorio. La figura del Alce, e incluso de su penacho, trofeo exhibido durante mucho tiempo con la cabeza del animal en el capó de los coches en el tiempo de la caza, es emblemático. El rey de los bosques boreales está acompañado por toda una fauna doméstica o salvaje, preocupada por espiar la sociedad de los Humanos consumidores de energía que devoran los bosques, el suelo y el subsuelo, Revelando la conmoción del regreso experimentado por la propia artista.

El reciente corpus Las Luchadoras y Mi Léo Major es más fuerte que tu Georges Saint-Pierre/Jorge San Pedro, arremeten contra la cultura popular a través de figuras femeninas y su combate y de figuras masculinas admitiendo su fragilidad detrás de la lucha física que era su oficio Contrariamente a las obras de juventud que elaboraron mediante la superposición de elementos una trama narrativa enigmática y abierta, estas últimas obras restringen los símbolos que decoran los personajes para concentrar un discurso unívoco y conciso, aunque desconcertante, ya que distribuyen los atributos femeninos y masculinos indistintamente del género. Reafirmando con razón el ideal del ser humano combativo y a la vez tierno.

Además de pintora particularmente prolífica, Martine Savard fue profesora en el Cégep del Abitibi-Témiscamingue, y sigue enseñando en la Universidad de Quebec en Abitibi-Témiscamingue desarrolla con otros artistas desde hace tres años el Ma du Coaching.

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