• LUC BOYER •

El artista y su obra.

Nacido en Quebec, Luc Boyer posee el título de grado/licenciado por la universidad de Laval. Se establece en Rouyn-Noranda en 1982 y será profesor de artes plásticas en el Cégep del Abitibi-Témiscamingue desde 1992 hasta 2013. Habiendo sufrido la poliomielitis a temprana edad, sus padres le orientarán hacia el camino de las artes. Esta enfermedad degenerativa y sus consecuencias con las que lidia día a día, repercutirá en su percepción del mundo.

Orgánico, metafórico por los materiales utilizados, su trabajo enfatiza la similitud entre el papel y la piel, la madera y la fibra muscular, el alambre y los nervios. Cabeza, cuerpo, extremidades, la transposición de estos materiales en la representación de seres fantásticos de carne y hueso llevan al artista a interesarse cada vez más en los detalles del cuerpo humano e igualmente a los movimientos, las líneas, los llenos y vacíos propios de la escultura.

Recoger materiales de la naturaleza es un acto que obliga a la lectura de un cuerpo inscrito en el universo que oscila entre lo inmensamente grande y lo inmensamente pequeño, la vulnerabilidad se funde con la eternidad: nada se pierde, nada se crea. Todo esto, en una pureza de colores extraídos del corazón de la naturaleza del Abitibi, que se transforma en el invierno bajo un cielo nublado en una vida en blanco y negro. La celulosa, el papel, la madera, salva el día exhibiendo una bella superficie de un beige brillante.

Al principio de los años 90, Boyer muestra los dibujos bajo el título Abismos, dibujos que sin embargo siempre habían acompañado su práctica. Una red de líneas finas traza paisajes, cósmicos o microscópicos, que a veces irradian finas venas rojas. En la década de 2010, creyendo hundirse en los mares trayendo formas submarinas, el escultor modela voluminosas, carnosas esculturas dotadas de ventriculares presentadas igualmente bajo el nombre de Abismos, y que finalmente le recuerdan el cuerpo humano.

No hemos hablado de las piedras redondas que se superponen en las esculturas, una contribución formal interesante, que proporcionan una nueva forma geométrica y un peso estabilizador. Destacando también por su presencia, esta larga vida de los minerales, este pasado inmemorial. Esta concentración de energía, esta forma de inercia es contraria a la extinción.

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