• ANDRÉANE BOULANGER •
El artista y su obra.
Andréane Boulanger posee un master en creación numérica por la Universidad de Quebec en Abitibi-Temiscamingue. Nacida en Malartic, ciudad minera situada al igual que Rouyn-Noranda y Val d’Or sobre la importante falla aurífera de Cadillac. Mono industrial, la ciudad siempre ha estado a la merced de las fluctuaciones del precio del oro en los mercados internacionales y acoge hoy en día la mayor mina a cielo abierto de Canadá. No obstante, la presencia del hospital psiquiátrico marcará a la joven Belanger:
« La influencia de Malartic : su hospital psiquiátrico y sus múltiples personajes que proporcionaron a mi infancia, moldearon mi imaginación. Una brecha en la vida privada de alguien, momentos inusuales. Historias íntimas contadas en voz alta al lado de un exhibidor de una tienda de comestibles, un paseo en bata, alegrías, tristezas, temores a la vuelta de la esquina.»
Demostrando una gran destreza, Andréane Boulanger desvía rápidamente su pintura hacia una expresividad de la materia manteniendo la figuración, lo que le permitirá estar incluida en la exposición colectiva Mechante peinture (2012), traducción libre de Bad Painting, movimiento pictórico asociado a la desfiguración de los sujetos. Dibujados al azar en las redes sociales, las imágenes publicadas sobre lienzo establecen una extrañeza entre la buena voluntad de los sujetos y la representación llevada a cabo con gestos groseros y colores vivos mal combinados. Este corpus/conjunto de obras cuestiona la gran facilidad con la que la gente brinda la intimidad en los espacios de los medios ahora al alcance de todos.
Con Aujourd’hui ne vient pas me voir/ Hoy no vengas a verme (2017), Boulanger explora la intimidad nuevamente, pero esta vez en connivencia con los protagonistas, instalando una cámara de caza en su casa. Este tipo de artefacto bien conocida por los cazadores del Abitibi-Témiscamingue, se activa al detectar movimiento. La caza tendrá lugar en casa de amigos que aceptan vivir con este aparato. El material recogido se usará para transferir pinturas singularmente serenas, una serenidad acentuada por los pequeños contrastes de color.
Mucho antes, Boulanger había saltado a la performance, y es sin embargo desde los años 2000 que cuestionan la posición de la artista femenina dentro de la sociedad del Abitibi, ya que el arte se asocia a menudo como un simple pasatiempo para la mujer. No hay duda del porqué la joven artista no vacila a la hora de comprometer su cuerpo en acciones hiperactivas y vestimenta hecha de objetos heterogéneos que destruyen el objeto femenino, para hacer reaparecer un cuerpo que se pertenece a si mismo, y por lo tanto deja de ser objeto, lleno de una energía dinámica, inteligente, llena de vida, llena de rebelión.
Fini, la fête (2014) pone fin al travestismo. En ropa de estudio, la artista intenta acabar la fiesta estallando globos llenos de polvo de yeso sobre su cabeza. Boulanger se está pareciendo cada vez más a su doble de escayola inmóvil e inamovible, abriendo un interesante desafío.
Muy involucrada en proyectos colectivos que implican a la comunidad, Andréane Boulanger divide su tiempo entre la práctica individual y la enseñanza del arte a los jóvenes. Vive y trabaja en Rouyn-Noranda.